La oxicodona como droga

por CC Adicciones

10-02-2021

De todas las drogas que se consumen alrededor del mundo, muchas se tratan de fármacos que se prescriben para tratamientos concretos. De estos, algunos son más fáciles de conseguir como los sedantes y otros no tanto. Uno de estos medicamentos de difícil acceso, aunque usado como droga cada vez más es la oxicodona. Este fármaco se trata de un opioide y como todos los opioides tiene efectos analgésicos, relajantes y euforizantes. En este caso, la oxicodona es una de estas sustancias utilizadas con fines recreativos. En nuestro artículo de hoy veremos qué es esta droga y cómo su consumo puede convertirse en una dependencia que puede requerir de un tratamiento de adicciones en un centro.

 

¿Qué es la oxicodona?

 

Como apuntábamos en la introducción, la oxicodona es un fármaco analgésico del género de los opioides. En medicina se usa para paliar el dolor incidiendo directamente sobre el cerebro para hacer que éste responda de forma distinta. Concretamente, la oxicodona se une a los receptores opiáceos cerebrales, bloqueando el envío de señales relacionadas con el dolor. La oxicodona se obtiene sintetizando la tebaína, un opioide alcalino que se encuentra en las cápsulas de la adormidera. Este compuesto tiene propiedades químicas similares a las de la codeína y la morfina, dos otros opioides muy habituales.

La presentación más común de la oxicodona es en forma de comprimido. Sin embargo, también se la puede encontrar como solución oral y, de manera más rara, de forma inyectable. A nivel comercial, la oxicodona se encuentra bajo distintos nombres. Algunos de los más habituales son Oxycontin, Oxynorm, Targin y Percodan. Además, algunos de estos también contienen aspirina o paracetamol. La oxicodona no deja de ser un analgésico, pero con una potencia relativamente elevada. Por ese motivo, su uso está recomendado en el tratamiento de dolores desde moderados hasta intensos.

 

Uso habitual de la oxicodona

 

Este fármaco se prescribe generalmente para los casos donde una persona vaya a sentir un dolor intenso durante un periodo largo de tiempo. Es frecuente su uso en los tratamientos para el dolor asociado al cáncer, siendo uno de los medicamentos más comunes en estos casos. Según varios estudios, el consumo de oxicodona mejora la calidad de vida de las personas con dolor moderado o intenso, tanto si es agudo como crónico. Su uso también es efectivo para aliviar el dolor a causa de traumatismos y otras lesiones físicas, del mismo modo que el producido por intervenciones quirúrgicas agresivas.

El problema con la oxicodona es que tiene un poder adictivo muy fuerte. Por eso, muchas veces es preferible administrar fármacos más suaves si sus efectos son ya suficientes para la persona. En otras ocasiones también se opta por combinar distintos analgésicos en un mismo compuesto incluyendo la oxicodona. Es el caso de sustancias como el ibuprofeno, el paracetamol, la aspirina o el acetaminofeno.

 

Efectos secundarios de la oxicodona

 

De acuerdo con lo dicho anteriormente, la oxicodona es un fármaco que hay que usarse exclusivamente para paliar dolores moderados o intensos en los casos clínicos que lo requieran. Por eso, cualquier uso con fines recreativos o fuera de los mencionados supone un mal uso que puede conllevar serios riesgos para el organismo. Las personas que consumen oxicodona como droga lo hacen buscando los efectos positivos que produce como son la relajación, sensación de euforia y la reducción de la sensibilidad al dolor.

Sin embargo, son muchos más los efectos negativos que un consumo sin control puede acarrear para el organismo. Entre los más habituales encontramos:

  • Fatiga
  • Dolor de cabeza
  • Náuseas
  • Vómitos
  • Estreñimiento
  • Dolor de estómago
  • Somnolencia
  • Mareos
  • Picor
  • Sudoración
  • Sequedad bucal

Estos son los síntomas más comunes, pero hay otros efectos menos frecuentes como diarrea, retención urinaria, nerviosismo o hipo que también pueden aparecer. Aun así, las reacciones más graves que se han observado por consumo inapropiado de oxicodona hacen referencia a problemas de respiración, sensaciones de desmayo, estreñimiento grave, descenso del rendimiento sexual y alteraciones del ciclo menstrual.

Otro aspecto a tener en cuenta es cuando se produce una sobredosis de oxicodona. En este caso los síntomas que se presentan son dificultad para respirar, descenso de la temperatura corporal, debilidad muscular, somnolencia muy intensa y hasta pérdida de conciencia y coma. Los niños son más propensos a experimentar estos síntomas por lo que el consumo de este fármaco en menores de edad está claramente desaconsejado.

 

El peligro de volverse una adicción

 

Los pacientes con fuertes dolores son los principales receptores de un medicamento como la oxicodona. Es su médico quien ha prescrito el fármaco por lo que el tratamiento temporal con esta sustancia no debería tener más complicaciones. El problema surge cuando durante el tratamiento, el paciente se vuelve dependiente del medicamento. Este es uno de los casos más frecuentes de adicción a la oxicodona. Es una situación similar a lo que ocurría con la morfina hace apenas un siglo. Este proceso suele terminar mal una vez el médico decide terminar el tratamiento y, por lo tanto, deja de recetar oxicodona. Llegado a este punto, el paciente, que ya es un adicto, hará lo que sea por seguir consumiendo y buscará oxicodona de forma ilegal y, en el peor de los casos, recurrirá a otros sustitutos opioides como la heroína.

 

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