Nadie puede negar que las nuevas tecnologías como el móvil o internet han sido uno de los inventos que más han facilitado las cosas a la sociedad actual. No solo nos permiten tener acceso a un volumen de información nunca antes visto en la historia de la humanidad. También nos permiten hacerlo a una velocidad y con una sencillez imposibles de imaginar hace tan solo algunas décadas. Niños y adultos se han habituado a convivir con las nuevas tecnologías, ya no solo como un elemento más de nuestra sociedad, sino como algo indispensable para la mayoría de nosotros.
Sin embargo, a pesar de que las nuevas tecnologías son fantásticas porque mejoran la vida de la gente, un mal uso de ellas puede llegar a convertirse en una adicción con consecuencias muy negativas. De todos los usuarios, los adolescentes son los que tienen más riesgo de abusar de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Por un lado, están en proceso de formación de la personalidad adulta y por el otro, son más susceptibles a conductas potencialmente adictivas. Saber detectar las señales que un hijo adolescente puede estar desarrollando una adicción a las TIC y actuar en consecuencia son la mejor manera de revertir una situación que ha crecido en los últimos años.
El informe anual de 2019 publicado por la Asociación Española de Videojuegos (AEVI) refleja datos muy significativos. Entre otras informaciones destaca como los españoles dedican una media de 6,7 horas por semana a los videojuegos. Si acotamos más los datos a la población joven vemos como, por ejemplo, más del 40% de los jóvenes entre 11 y 24 años utiliza los smartphones o tabletas para jugar a videojuegos.
Causas de la adicción a las nuevas tecnologías
Son varios los factores que pueden explicar por qué un adolescente puede volverse adicto a las TIC. Durante la adolescencia, la persona experimenta una serie de cambios físicos y psicológicos que le hacen ser más vulnerable a nivel emocional. Es por este motivo, que el adolescente puede buscar la seguridad que le falta en sí mismo en las nuevas tecnologías. Esto lo que refleja es una baja autoestima ya que, a través de Internet y las redes sociales, los adolescentes no se muestran tal y como son en realidad, sino que muestran una imagen artificial de ellos mismos. Las nuevas tecnologías son una posibilidad de perderse en un mundo de fantasía para escapar de la rutina del día a día.
Según el Plan Nacional de Adicciones, alrededor de un 21% de los adolescentes de entre 14 y 18 años utiliza compulsivamente las nuevas tecnologías. Hay que tener en cuenta que los jóvenes son los más vulnerables frente a la adicción a las TIC ya que la revolución tecnológica afecta plenamente a todos los adolescentes que han nacido en la era virtual. Otro problema que explica la adicción que pueden desarrollar algunos chicos por las nuevas tecnologías es su entorno más cercano. Y es que una falta de amigos y la soledad pueden provocar que el adolescente busque refugiarse en las TIC.
Síntomas de una posible adicción
Para ver qué síntomas muestran que un adolescente es adicto a las nuevas tecnologías hay que partir de la base de que las señales que reflejan esto son parecidas a las de cualquier otra adicción. En este sentido, los expertos observan que los jóvenes cada vez necesitan dedicar más tiempo al uso de las TIC para conseguir el mismo grado de satisfacción. Esta tendencia se refleja en una serie de cambios en la conducta social, cada vez más restringida, y en cambios en las relaciones familiares y en el rendimiento escolar.
Los adolescentes acaban obsesionándose por estar conectados permanentemente. No apagan el móvil u ordenador por la noche, alteran sus actividades cotidianas para utilizar, cada vez más, su dispositivo. Igualmente, cuando no están en contacto con el móvil o el ordenador sufren cambios de humor o se vuelven irascibles, aspecto que solo cambia cuando vuelven a estar conectados. Es por ello, que no es raro que sus ritmos de sueño y comida se alteren por su adicción y un aumento de la excitabilidad.
Algunos de los síntomas que muestran una posible adicción son los siguientes:
- Cambia la rutina del adolescente de manera que su interés por las nuevas tecnologías se convierte en el centro de su vida. Todo lo demás pasa a un segundo plano.
- El joven acaba aislándose de su familia. Se encierra en sí mismo para conectarse con el ordenador o jugar a la consola todo el tiempo libre que tiene disponible.
- Como veíamos antes, su carácter se ve afectado volviéndose irascible y sufriendo cambios repentinos de humor. Además, muestra menos interés por las relaciones sociales y aparece ausente y distante en situaciones de grupo.
- Padece ansiedad si no puede conectarse a Internet o usar la consola u ordenador, y lo vive como si fuera una tragedia.
- Es habitual una bajada de su rendimiento en los estudios.
En lo que respecta a la diferencia por sexos se aprecian diferencias entre los chicos y las chicas adictos a las nuevas tecnologías. Los chicos suelen ser tímidos y tener ciertas dificultades sociales. Las chicas, por otro lado, acostumbran a presentar un carácter, a priori sociable, pero tienen algunas dificultades para comunicarse y hacen un uso excesivo de redes sociales y otros sitios de internet, principalmente aquellos relacionados con trastornos de la alimentación.
Cómo hacer frente a la adicción de los adolescentes a las TIC
Algunas de las medidas que los padres pueden adoptar para evitar casos de adicción por parte de sus hijos son los siguientes:
- Educar a los jóvenes en valores pedagógicos en lo que respecta al uso constructivo de Internet. En este sentido, es importante hacerles ver la importancia de proteger su vida privada evitando publicar fotografías personales en las redes sociales.
- Poner el ordenador en una zona común de la casa. Un error habitual por parte de los padres es ponerlo en la habitación del hijo. Así, es más difícil saber qué hacen sus hijos en Internet.
- Hablar con el adolescente sobre la situación que está viviendo con el objetivo de hacerle ver que algo no va bien.
- Implantar un horario al principio para que los hijos puedan aprender a utilizar este instrumento de forma más adecuada y equilibrada. La forma más eficaz de hacerlo es estimulando a los hijos con otro tipo de actividades para que tengan la mente enfocada en otros intereses.
El informe anual de 2019 publicado por la AEVI también presenta una serie de buenas prácticas para un uso responsable de los videojuegos. Entre los diferentes consejos encontramos, por ejemplo, el respeto al contrario o aprender que antes de jugar es prioritario realizar las tareas escolares.
Sin embargo, la mejor opción será siempre la prevención. Estar con los hijos desde el principio para darles normas sobre cómo usar las nuevas tecnologías.