Aparte de las drogas típicamente conocidas, existe un amplio abanico de sustancias psicotrópicas de las que tenemos menos información pero que igualmente están en circulación. Las identificamos bajo el concepto de Nuevas Drogas o Drogas Sintéticas y la Efilona es una de las más peligrosas. Al igual que el Popper o el Speed, la Efilona es una variante química de las drogas clásicas cuya producción situamos en laboratorios asiáticos clandestinos.
En cuestión de drogas, es sabido por la mayoría que, por distintas razones, hay algunas sustancias que gozan de más popularidad que otras. En este caso, podemos decir que al ser relativamente nueva, la Efilona es todavía desconocida para muchos. No se encuentra ni entre los 10 psicotrópicos más consumidos en el mundo ni entre los 10 más adictivos, aunque eso no lo hace menos peligroso. Esta característica supone ventajas y desventajas a la hora de proteger a la población del su consumo o de sufrir efectos adversos tras este. Las veremos a continuación.
Las características de la Efilona
Como decíamos, todavía hay poca información en comparación a la cantidad de datos que tenemos acerca de otro tipo de sustancias. De todas formas, sí existe un perfil bastante definido de la Efilona que es bueno conocer para ser capaces de identificarla mejor.
También encontramos la Efilona bajo los nombres de N-etilpentilona o bk-EBDP y se trata de una droga que, además de estimulante, también se considera entactógena. Esto significa que pertenece a la categoría de psicotrópicos que producen efectos emocionales y sociales similares a los del Éxtasis (MDMA), como por ejemplo alucinaciones. Además, también está relacionada con el “caníbal” pues ambas drogas derivan de la cantinona, planta que tradicionalmente se masca en países como Etiopía o Somalia. De todos modos, no por ser de origen natural, es menos peligrosa como psicotrópico.
¿En que consiste su desarrollo?
Concretamente, la síntesis de la Efilona data del año 1969 cuando la patentó Boehringer Ingelheim aunque en aquel momento no se comercializó. Fue años más tarde cuando algunos químicos recreativos la recuperaron.
De todas formas, el origen de los derivados sintéticos de la catinona es anterior ya que se desarrollaron por primera vez poco antes de 1930. Debido a sus efectos secundarios, no se les encontró un uso médico pero en los años 2000, se empezaron a comercializar cómo “drogas legales” y se popularizaron por su económico precio. Se vendía como falsas sales de baño con indicaciones de no ser consumidas por un valor inferior al de las anfetaminas o la cocaína.
La primera aparición de Efilona como droga de diseño en circulación data del 2016 y solamente un año después, esta ya era la catinona sintética más popular incautada según la DEA. Además de en Mallorca, la Efilona se localizó entre 2017 y 2018 en otros múltiples lugares como Reino Unido, Brasil, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Australia y Alemania. Y es que la bajada de abastecimiento de ketamina en el mercado también propició el aumento de esta nueva NSP.
¿Te has quedado esperando a leer las ventajas de la Efilona por lo mencionado en el tercer párrafo? No las hay. La única ventaja que presenta al tratarse de una nueva droga, es que hay menos personas que la conocen y, por lo tanto, que la buscan o consumen. En esa línea, no es una de las drogas que más preocupa a los expertos porque son pocas las personas que la consumen en comparación a la popularidad que acumulan otro tipo de sustancias. Todo lo demás, son factores negativos y de riesgo.
¿Qué efectos tiene esta sustancia en quién la consume?
Como ocurre con las demás drogas, la Efilona produce distintos efectos según quién consume, pero el más “buscado” y común es la sensación de flotar. La alteración de la consciencia que se da, a menudo relacionada con un cosquilleo en el cuerpo, también puede conducir al popular efecto de euforia que buscan muchos toxicómanos.
Aunque no hay mucha información sobre la farmacología de esta sustancia, se cree que aumenta los niveles de dopamina, serotonina y norepinefrina en el cerebro.
Como ya hemos comentado, es habitual que la Efilona se utilice como sustitutivo del MDMA, aunque hacerlo es un error. Lo cierto es que no son comparables y como veremos a continuación, es peligroso confundirlas por múltiples razones. La mejor aproximación para entender sus efectos es decir que parecen ser similares a la interacción entre la cocaína y el LSD o el MDMA.
Entre los efectos de este psicotrópico que resultan más atractivos a los consumidores, encontramos el aumento del enfoque, la sociabilidad, la líbido, la empatía y el afecto, así como la mejora de la resistencia típica de las sustancias estimulantes. De todas formas, como ocurre con todas las drogas, y más en las de síntesis, en ningún caso se garantizan estos efectos, que pueden variar y derivar en reacciones no deseadas.
Es importante tener en cuenta estas reacciones que pueden manifestarse como sudoración excesiva, contracciones musculares o supresión del apetito y deshidratación. Además, también son comunes las alucinaciones, la distorsión del tiempo y los episodios de paranoia o ansiedad.
Los peligros de la Efilona
Además de los efectos adversos que puede producir y los riesgos que consumirla puede tener para la salud, la Efilona cuenta con múltiples problemáticas adicionales:
- Es sencilla de adquirir. Esto potencia que el consumo sea recurrente y aumentan las posibilidades de desarrollar una adicción.
- Se desconocen los efectos secundarios y la implicación de las dosis. Al estar entre las Nuevas Drogas, hay muy poca información y esto dificulta un consumo controlado y un correcto tratamiento o intervención ante una emergencia.
- Se confunde fácilmente con el MDMA o el LSD. Cualquier persona que no identifique correctamente esta sustancia puede consumirla confiando en los criterios de tolerabilidad que cree controlar y sufrir una sobredosis o una interacción con otras sustancias, suponiendo ambas un riesgo letal.
- Circula sin garantías. Muchos expertos han llegado a comparar su consumo al juego de la ruleta rusa pues a menudo se venden como Efilona, sustancias que recicladas de otras dosis o cuyo contenido es de dudosa procedencia.
- Su uso crónico genera adicción. Si bien se trata de una adicción moderada y puede que más leve que la de otras sustancias, es muy posible desarrollar dependencia a la Efilona.
¡Dejar de consumir es posible!
Evitar y cesar el consumo de Efilona es clave para no desarrollar una adicción cuyas consecuencias pueden ser devastadoras para la calidad de vida. Como las adicciones o el consumo habitual de sustancias nunca son un problema aislado y suelen estar acompañadas de otras preocupaciones, la mejor opción para resolver la situación y evitar estragos mayores es consultar con un profesional.
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