Existen drogas estimulantes que ayudan a controlar la actividad cerebral y facilitan la posibilidad de concentrar mejor la energía mental. Todas ellas diseñadas con fines sanitarios y que se entregan bajo receta médica. Sin embargo, se ha creado un “mercado negro” para aquellas personas que necesitan remedios para estudiar o para focalizar su capacidad de concentración en un objetivo. Cuando no lo consiguen por sus propios medios recurren a las llamadas pastillas de la inteligencia.
Qué son las pastillas de la inteligencia
Hay una gran cantidad de nombres para referirse a este tipo de productos. Las drogas para activarse, los medicamentos para mejorar el rendimiento, los fármacos para estudiar, etc. Pero el más conocido de ellos es el de pastillas de la inteligencia. Su origen radica en el uso que hacen de éstas los estudiantes y las personas que necesitan aprender mucha información en poco tiempo. Por ejemplo, para prepararse para un examen, realizar un trabajo que haya que entregar o estudiar para unas oposiciones.
Cuando no consiguen concentrarse, estos individuos recurren a medicamentos para estudiar. Se trata de fármacos estimulantes que inciden en la actividad cerebral y mejoran la capacidad de atención. De modo que reducen el cansancio, el estrés y aportan más energía mental para realizar cualquier tipo de tarea inmediatamente después de tomarlos.
Para qué sirven las pastillas de la inteligencia
Además de su vertiente para estudiar, estas drogas estimulantes contienen otro uso. La finalidad para la que fueron diseñadas es la de controlar y tratar algunas afecciones y trastornos psicológicos. Como por ejemplo, el déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Para ello, los médicos recetan medicamentos como Adderall o Ritalin, los cuales activan ciertos estímulos fisiológicos y psicológicos que facilitan la capacidad de concentración.
En general, existen dos variedades de fármacos estimulantes que se venden con receta médica y muchas personas utilizan para estudiar:
- Adderall, Dexedrine y Vyvanse: Contienen anfetaminas
- Ritalin y Concerta: Contienen metilfenidatos
La forma de conseguir estas drogas para mejorar el rendimiento, normalmente es a través de un pariente o un conocido que padezca algún trastorno psicológico. Las farmacias pueden recetar el fármaco bajo receta médica, y posteriormente, llegar a manos de la persona que lo necesite para estudiar. Sin embargo, éstas llevan un registro de los medicamentos adquiridos por el paciente. De modo que si éste consume la cantidad recetada antes de tiempo, no podrá adquirir más unidades del producto.
Síntomas que producen las pastillas de la inteligencia
Tomar pastillas para estudiar no es un remedio sano ni impune, ya que produce efectos sobre el organismo. Abusar de ellas puede generar efectos negativos sobre la piel y los órganos vitales. A largo plazo, puede conllevar el desarrollo de varias enfermedades graves.
Algunos de los síntomas que produce el consumo de pastillas de la inteligencia son:
- Aumento del nivel de alerta
- Mayor producción energética del organismo
- Incremento del ritmo cardíaco
- Aceleración de la frecuencia respiratoria
- Aumento de la tensión arterial
Cómo afectan al cerebro las drogas para activarse
Al tomar pastillas de la inteligencia, su efecto incide en las células nerviosas del cerebro. Dichas células son las que controlan la actividad cerebral, y mediante el envío de señales eléctricas conectan con el cerebro. Al hacerlo, mandan mensajes a los neurotransmisores, los cuales son los encargados de liberar ciertas sustancias químicas para regular el funcionamiento del organismo. Aunque este fenómeno se produce de forma natural, las drogas estimulantes alteran el proceso incrementando la secreción de sustancias cerebrales.
Al tomar pastillas para activarse, la actividad cerebral se incrementa notablemente de forma artificial. Lo cual modifica el comportamiento de los neurotransmisores para que aumenten la capacidad de atención y concentración durante un breve período de tiempo. Una vez pasados sus efectos, se produce el efecto contrario. La persona que consume las pastillas de la inteligencia reduce peligrosamente su actividad en el cerebro. En esta fase, puede sentirse perezosa, con inactividad, ausente e incluso sufrir algún episodio de depresión.
Consecuencias de los medicamentos para estudiar
Debido a su alto grado de riesgo, cuando los médicos recetan estos fármacos estimulantes, lo hacen en pequeñas dosis. Si el paciente necesita una cantidad mayor, entonces el profesional sanitario la incrementa de forma gradual. Cuando una persona toma estas drogas con fines recreativos o para estudiar, no tiene en cuenta la dosis que se administra. En consecuencia, el riesgo y la posibilidad de sufrir daños graves es mucho más elevada.
Algunas de las consecuencias asociadas al consumo de pastillas para estudiar son:
- Hipertensión arterial
- Irregularidad en el ritmo cardíaco
- Insuficiencia cardíaca
- Convulsiones
- Problemas cerebro-vasculares
- Paranoias
- Dificultades relacionadas con la salud mental
Las personas que toman fármacos para estudiar, a menudo lo hacen de forma recurrente, en gran cantidad o los combinan con otros medicamentos sin receta médica. Algunos de sus grandes errores son pensar que son inocuos y abusar de ellos sin tener conocimientos médicos al respecto. Sin embargo, se trata de sustancias químicas que, mal administradas, pueden generar graves consecuencias para el cuerpo y la mente. Además, son susceptibles de causar adicción en una medida mucho mayor que cualquier otra droga convencional.
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