Desarrollar una adicción ya de por sí es una de las peores cosas que le pueden pasar a alguien en la vida. Pero si esta enfermedad se produce en el seno familiar viviendo con hijos pequeños las consecuencias pueden ser todavía más dramáticas. Los niños ven a sus padres como una referencia y un modelo a seguir, sobre todo cuando son más jóvenes. Un progenitor adicto suele ser la causa de muchos problemas en la familia donde los más afectados son, como es habitual, los hijos. Esto no sólo afecta a su desarrollo durante su etapa de transformación hacia la vida adulta. También puede poner en riesgo su salud y su capacidad para relacionarse con los demás. En este artículo veremos cómo afecta a los hijos tener un padre o madre adicto.
Cómo afecta a la vida familiar
Para ver la afectación que tienen en los hijos vivir con un padre o madre adicto, primero hay que fijarnos en los problemas que la adicción provoca en la propia familia. Los problemas más habituales que se dan en el seno familiar son:
- un padre/madre tiene problemas para pagar las facturas y para conservar el trabajo
- pueden no disponer de suficientes alimentos y/o de suficiente dinero
- los hermanos mayores se pueden tener que encargar de sus hermanos pequeños
- los padres pueden descuidar, maltratar o abusar de sus hijos
- un padre/madre puede conducir borracho o bajo la influencia de drogas. El padre o la madre que abusa de sustancias puede meterse en problemas, hacerse daño o hacer daño a otras personas.
- es posible que los niños deban vivir con otras personas para estar bien cuidados y protegidos
- los padres se separan o se divorcian
Cómo viven los hijos la presencia de una adicción en casa
Son muchos los sentimientos que experimentan los hijos cuando conviven con un padre o madre adicto. La mayoría de ellos les hacen sentir mal y los más comunes son:
- sienten vergüenza, enfado o tristeza ante el abuso de sustancias de uno de sus padres
- se preocupan por sí mismos, por sus hermanos o por su otro progenitor
- creen que tienen que comportarse como un adulto antes de estar preparados para ello
- están frustrados porque su padre o su madre no cambia y continúa abusando de sustancias
- están agobiados y se sienten superados por la situación
- tienen miedo, soledad o inseguridad cuando están en casa
- sienten que es duro confiar en los demás o relajarse
- están preocupados por la salud o la seguridad de su padre o madre
- pueden experimentar depresión o ansiedad
- sienten alivio cuando su padre o madre toma medidas para recuperarse
Cómo pueden actuar los hijos ante una adicción en casa
Los más pequeños son los más vulnerables cuando la adicción hace acto de presencia en una familia. Por ello, muchas veces tiene repercusiones en su comportamiento y desarrollo. Algunos de los problemas que pueden aparecer son:
- se esfuerzan por no molestar al padre o a la madre que abusa de sustancias
- tratan de mantenerse alejados del padre o la madre
- pueden no hablar o dejar de pedir lo que necesitan
- se guardan las emociones para sí mismos
- mantienen en secreto el problema de su padre o madre
- ocultan cómo es su vida en casa
- evitan invitar amigos a casa porque nunca saben cómo puede actuar su padre o madre
- faltan a clase o tiene problemas para llevar los deberes al día
- desempeñan tareas propias de los adultos
- discuten o se pelean con su progenitor
- se hace daño a sí mismos (se autolesionan)
- actúan como si la conducta del padre o la madre no les importara, a pesar de estar pasándolo muy mal
¿Qué pueden hacer los hijos ante esta situación?
Es normal que los hijos que tengan que vivir con un padre o madre adicto lo estén pasando muy mal. Sin embargo, tienen que saber que hay una serie de cosas que pueden hacer para llevar mejor la situación y ayudarse a ellos mismos. Algunos de estos consejos son:
- Abrirse a una persona de confianza
Hablar con un buen amigo y contarle lo que ocurre en casa puede ayudar a sacar buena parte de la ansiedad que genera el problema que se vive en casa. Hablar con un adulto de confianza como un profesor, médico o terapeuta también es una buena opción. Explicar por lo que se está pasando puede ser un alivio y además, estas personas pueden tratar de ayudar de otras formas.
- Estar seguro de que no es por su culpa
Hay personas que se culpan a sí mismas del abuso de sustancias de alguno de sus padres. Incluso pueden pensar que los momentos en los que sus progenitores se han enfadado con ellos son la causa de que éstos consuman drogas. Sin embargo, los hijos tienen que tener muy claro que ellos no son los culpables de un problema de abuso de sustancias por parte de sus padres.
- Conocer y nombrar las emociones
Es importante no intentar ocultar los sentimientos ni hacer ver que todo va bien. Que un hijo se fije en cómo se siente al ver que uno de sus padres tiene un problema de adicción puede ser un ejercicio útil. Usar palabras, y no actos que puedan hacer daño, es un método para expresar cómo se siente y por qué.
- Construir buenos hábitos
Hay hijos que no son capaces de defender sus derechos ni mostrar sus emociones. Están más preocupados porque esas conductas puedan desencadenar la bebida o el abuso de sustancias por parte de uno de sus padres. Este tipo de hábitos pueden ser útiles para sobrevivir en los momentos más duros vividos en casa. Pero es probable que no sirvan para otras partes de la vida. Por eso, saber defender los derechos de cada uno, decir como se sienten y mostrar sus emociones ayudan a tener buenas relaciones en el futuro. A veces, las personas necesitan ir a terapia para desarrollar unos buenos hábitos que no pudieron aprender cuando vivían con un progenitor alcohólico o adicto a otras sustancias.
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