Existe tal cantidad de drogas en el mundo que, si hiciéramos una lista, ésta sería prácticamente infinita. Y es que a pesar de que sustancias como la cocaína y el cannabis se cuentan entre las más populares, hay muchas otras que también encuentran su nicho entre los consumidores. Una de estas drogas es precisamente una de las más antiguas. Nos referimos a las setas alucinógenas, cuyo consumo se encuentra principalmente entre los más jóvenes y que, como todas las drogas, puede requerir de tratamiento en un centro. En el artículo de hoy veremos cuál es su origen y composición y los peligros que se derivan de su consumo.
¿Qué son las setas alucinógenas?
La existencia de estos hongos se remonta a varios milenios antes de Cristo. Ya en América Central, culturas de la antigüedad usaban estas setas sobre todo con finalidades místicas y religiosas. El registro arqueológico ha rebelado cómo antiguamente se realizaban rituales mediante el consumo de estos alucinógenos para alcanzar estados de conciencia alterados con fines espirituales. Ha sido a través de este conocimiento antiguo que actualmente se conocen los efectos de las setas alucinógenas. Sin embargo, hoy en día su consumo ha perdido esta aura de misticismo para centrarse en la búsqueda de una experiencia extrasensorial por puro placer.
Para entender los efectos que producen estas setas hay que centrarse en el responsable de los efectos mismos. Se trata de la psilobicina, ingrediente principal de estos hongos y causante de las alucinaciones. Actualmente existen más de 200 setas que contienen este compuesto y que provocan todas ellas los efectos ya mencionados. La psilobicina tiene propiedades psicoactivas y es en realidad un precursor que se transforma en psilocina cuando es ingerido y metabolizado. Es entonces cuando actúa sobre el cerebro con efectos psicodélicos. Su acoplamiento en los receptores de serotonina y la producción de dopamina explica las alucinaciones.
¿Cómo actúan en el organismo?
Las setas alucinógenas pueden tardar entre 20 y 90 minutos en hacer efecto ya que este es el tiempo que precisan para ser digeridas, pasar por el hígado y llegar al torrente sanguíneo. Los efectos producidos suelen durar entre 3 y 6 horas. Se calcula que una dosis recreativa común varía entre los 10 y los 50 miligramos de psilobicina. A su vez, un gramo de setas alucinógenas contiene un miligramo de este compuesto. Aún así, cada persona tiene un metabolismo diferente. Hay individuos que son más sensibles que otros a la psilobicina y con muy poca dosis ya pueden tener alucinaciones.
Aunque las alucinaciones son el efecto deseado al consumir esta droga, hay muchos otros efectos que también aparecen. Algunos pueden ser más bien placenteros, mientras que otros pueden llegar a ser muy desagradables e incluso peligrosos. Veamos qué ocurre en el organismo al consumir setas alucinógenas.
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Alucinaciones y alteraciones sensoriales
Las alucinaciones son el principal efecto producido por el consumo de estas setas. Estas experiencias pueden ser de todo tipo: visuales, auditivas, sensitivas, gustativas y hasta olfativas. Además, la percepción normal de las cosas se ve alterada por lo que se agudizan todavía más las alucinaciones. De esta forma, es posible ver los objetos comunes de colores que no corresponden o percibirlos como formas distorsionadas, apreciar con mayor intensidad sonidos que en un estado no alterado no serían objeto de atención, etcétera. En la mayoría de los casos, estas experiencias sensoriales son de carácter positivo y se viven de forma agradable. Sin embargo, en algunas ocasiones, el propio estado de ánimo y el estado inducido por las setas pueden convertir las alucinaciones en un mal “viaje” de larga duración.
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Sensación de bienestar
Al igual que ocurre con otras drogas, las setas alucinógenas hacen que el consumidor se abra más y se vuelva más creativo. De este modo, siente paz y tiene la sensación de estar en sintonía con el resto de personas y objetos. Además, también siente la necesidad de abrirse y de compartir esta sensación tan agradable con los demás.
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Estado de relajación o ansiedad
Normalmente los efectos del consumo de setas alucinógenas ocurren en un estado de profunda relajación. Sin embargo, en ocasiones esto no es así. Hay personas que aseguran haber experimentado periodos repentinos de ansiedad durante el “viaje”. Estas fases pueden durar tan solo unos minutos u ocupar la totalidad de la experiencia psicodélica. En este caso, las sensaciones son muy desagradables, por lo que, en lugar de vivir la experiencia de forma mágica, ésta se convierte en un momento terrible que no es posible evitar.
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Alteraciones fisiológicas
Otros efectos secundarios del consumo de esta droga son los cambios fisiológicos que se producen. Estos incluyen nauseas, taquicardia, dilatación de las pupilas y respiración acelerada. A pesar de esto, las setas alucinógenas no provocan cambios fisiológicos mucho más graves por lo que no son tan peligrosas como sí ocurre con otras drogas.
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Efectos no deseados
Además de las alucinaciones y alteraciones en la percepción y el pensamiento, también pueden aparecer otro tipo de efectos muy desagradables. Uno de los más habituales es la paranoia, es decir, el convencimiento de estar siendo perseguido o de ser objeto de algún tipo de conspiración. Esta experiencia puede ser casi psicótica e instalarse si es lo suficientemente grave. Además, a largo plazo, una mala vivencia con setas alucinógenas puede generar cuadros psicóticos persistentes con alucinaciones, delirios y trastornos emocionales como, por ejemplo, una depresión mayor. Por eso, hay que tener cuidado ya que un mal uso de esta droga puede dejar secuelas en la personalidad difíciles de revertir.
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