La adicción a la morfina: Síntomas y consecuencias

por CC Adicciones

17-07-2020

La administración de esta sustancia química es común en el ámbito hospitalario con el fin de aliviar el dolor físico tras una operación o un padecimiento de gran intensidad. Al ser un elemento tan potente, es habitual que, si se toma de forma frecuente, el paciente acabe por desarrollar un vínculo de dependencia. Hoy te explicamos los síntomas y las consecuencias de una adicción a la morfina.

La morfina es una sustancia que, a pesar de no ser una de las más habituales en el mundo de las adicciones por su difícil adquisición, también tiene a muchas personas “enganchadas” a ella. Se acostumbra a administrar con inyecciones, o también en forma de pastillas. Su administración sirve para aliviar dolores físicos muy intensos tanto a corto como largo plazo. Y una vez tomada, el paciente entra en un estado de euforia y gran relajación que le hacen olvidar su padecimiento. Si éste se acostumbra a la sustancia, puede acabar desarrollando un síndrome de adicción a la morfina.

Síntomas de la adicción a la morfina

Los síntomas de esta dependencia empiezan pasando desapercibidos, y se hacen más visible conforme aumenta el tiempo de la adicción. Sus efectos pueden clasificarse en 3 categorías:

Síntomas físicos

El paciente puede llegar a sufrir síntomas fisiológicos internos y externos. Como por ejemplo, estreñimiento, desmayos y erupciones en la piel. Los más comunes son:

  • Erupciones cutáneas en forma de manchas
  • Cansancio extremo
  • Aumento de la somnolencia
  • Contracciones musculares
  • Pérdida del apetito de forma repentina
  • Dificultades respiratorias

Síntomas psicológicos

La identificación de síntomas psicológicos de la adicción a la morfina puede resultar complicada. Es habitual que el paciente sufra otros trastornos psicológicos al mismo tiempo, confundiendo así el cuadro médico. Como por ejemplo, los episodios de depresión y ansiedad.

Los síntomas psicológicos más comunes son:

  • Paranoia excesiva
  • Depresión
  • Cambios de humor repentinos hacia la negatividad
  • Ansiedad
  • Inestabilidad emocional constante

Síntomas conductuales

Toda esta serie de efectos físicos y psicológicos acaba por incidir en la conducta del paciente, creando alteraciones bruscas de forma habitual.

Los síntomas conductuales más comunes son:

  • Actitud reservada, ocultación de información y ausencias injustificadas
  • Pérdida de contacto con las relaciones sociales
  • Intento de evitar encuentros familiares y con amigos
  • Disminución de interés por las actividades preferidas del paciente
  • Problemas de entendimiento y discusiones frecuentes con los seres queridos más cercanos

Consecuencias de la adicción a la morfina

De forma puntual y espaciada en el tiempo, el consumo de morfina no acostumbra a generar efectos secundarios sobre el organismo del paciente. Sin embargo, tomada frecuentemente y a largo plazo crea consecuencias fisiológicas y psicológicas. Dos de los más habituales son el estreñimiento y un mal funcionamiento del sistema digestivo.

Otras consecuencias de la adicción a la morfina son:

  • Pérdida masiva del tono muscular
  • Paros cardíacos
  • Episodios de confusión acentuados
  • Posibilidad de coma

Mientras que la pérdida de tono muscular y la confusión pueden llegar a desaparecer al dejar el consumo de morfina, los paros cardíacos pueden sucederse en cualquier momento durante el resto de vida del adicto.

La abstinencia a la morfina

Cuando una persona empieza a consumir morfina de forma frecuente y durante un largo período de tiempo, acaba por desarrollar un vínculo de dependencia. Esto produce que el organismo crea que se trata de una sustancia necesaria más para mantener las funciones vitales en orden y con normalidad. Sin embargo, al dejar el consumo es cuando aparecen los primeros síntomas de abstinencia por consecuencia de haberse habituado a ella.

Al padecer los efectos de la abstinencia a la morfina, el individuo siente la necesidad irrefrenable de volver a consumir de nuevo. Los síntomas que experimenta pueden durar unos días, o hasta un número indeterminado de semanas. Todo depende de cómo se haya desarrollado su adicción y la capacidad del organismo para readaptarse a la normalidad sin consumir morfina.

Algunos de los síntomas más comunes de la abstinencia a la morfina son:

  • Alteración constante de la temperatura corporal, oscilando entre muy elevada y muy baja
  • Fiebre y escalofríos por los cambios de temperatura del cuerpo
  • Ojos llorosos
  • Mucosidad nasal
  • Sensación de inquietud
  • Dolores musculares graves
  • Inestabilidad emocional
  • Aceleración del ritmo cardíaco
  • Dolor de estómago intenso
  • Náuseas y vómitos

La gravedad de los síntomas padecidos depende de las características de la adicción a la morfina que se haya experimentado y su posterior síndrome de abstinencia. En algunos casos, puede traducirse sólo en una gripe leve, mientras que en los casos más extremos es necesaria la atención médica inmediata.

Dejar el consumo de morfina debe hacerse siempre bajo supervisión médica. Ya que, de lo contrario, los efectos producidos pueden aumentar tanto en cantidad como en gravedad. Un profesional de la salud puede encargarse de monitorizar el estado del paciente y controlar de forma segura y en el momento adecuado todas las consecuencias que vayan apareciendo.

CCAdicciones es un centro de tratamiento de dependencias y trastornos adictivos. Si usted tiene problemas para dejar las drogas o cualquier otro tipo de alteración psicológica y conductual, puede contactar con nosotros. Puede pedir ayuda profesional a nuestros expertos terapeutas de adicciones y ellos le proporcionarán el apoyo que necesita para rehabilitarse.

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Clínica especializada en el tratamiento de adicciones

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